martes, 2 de septiembre de 2008

viernes, 11 de julio de 2008

Ser consciente de las cosas que en algún momento es bastante probable sucedan, no brinda ningún alivio, no te prepara ni te ayuda a aceptar cuando esa probabilidad está más cerca. El duelo interior es el mismo, y quizá se ve agravado por el hecho de que sabiéndolo en el fondo, nunca hiciste nada. Y en cosas como esta sólo queda agradecer por el tiempo que tuviste, que el tiempo siempre es inevitablemente poco, pero también siempre hay que saber disfrutarlo. Y en este momento, en este instante me detengo en la ráfaga de otro pensamiento, de una nueva perspectiva. Que sí, que algo se puede hacer. Que ante la falta de la magia que leemos en los cuentos y con la cual soñamos en lo más profundo de nuestros deseos, se puede tener esperanza. ¿Y de donde saco esperanza? Me pregunto. No, nadie me la va a regalar, nadie me la va a prestar hasta que no la necesite más. La esperanza la tengo que encontrar yo, y así también evitar la culpa por tener tan negras expectativas en algunos momentos. Se la puede encontrar en tantos lados diferentes, en los pensamientos más profundos y también en las cosas más simples, y siempre en las palabras de aliento o simplemente en el oído que te puede prestar un amigo. Esperanza, que bien puede ser fe en Dios, en el poder del amor que cura tantas cosas, que para mí muchas veces son la misma cosa. Y vuelve a mí el pensamiento de antes, que me plantea que si estoy recurriendo a algo tan ambivalente, tan abstracto como es la fuerza de un Dios o del amor, es que no puedo hacer nada. ¿Pero tiene que ser eso no hacer nada? Que hermoso, que reconfortante sería encontrar consuelo en creer que no, que es hacer todo y más, que es tener la fuerza de cambiar el mundo y despejar todas los miedos.

viernes, 4 de julio de 2008

Este adios no maquilla un hasta luego
este nunca no esconde un ojalá
estas cenizas no juegan con fuego
este ciego no mira para atrás.

Este notario firma lo que escribo
esta letra no la protestaré
ahorrate el acuse de recibo
estas visperas son las de despues.

A este ruido tan huerfano de padre
no voy a permitirle que taladre
un corazón podrido de latir.

Este pez ya no muere por tu boca
este loco se va con otra loca
estos ojos no lloran mas por ti.

Inevitable - Shakira


Si es cuestion de confesar
No se preparar cafe
Y no entiendo de futbol
Creo que alguna vez fui infiel
Juego mal hasta el parques
Y jamas uso reloj
Y para ser mas franca nadie
Piensa en ti como lo hago yo
Aunque te de lo mismo
Si es cuestion de confesar
Nunca duermo antes de diez
Ni me baño los domingos
La verdad es que tambien
Lloro una vez al mes
Sobre todo cuando hay frio
Conmigo nada es facil
Ya debes saber
Me conoces bien
Y sin ti todo es tan aburrido
El cielo esta cansado ya de ver
La lluvia caer
Y cada dia que pasa es uno mas
Parecido a ayer
No encuentro forma alguna de
Olvidarte porque
Seguir amandote es inevitable
Siempre supe que es mejor
Cuando hay que hablar de dos
Empezar por uno mismo
Ya sabras la situacion
Aqui todo esta peor
Pero al menos aun respiro
No tienes que decirlo
No vas a volver
Te conozco bien
Ya buscare que hacer contigo
El cielo esta cansado ya de ver
La lluvia caer
Y cada dia que pasa es uno mas
Parecido a ayer
No encuentro forma alguna de
Olvidarte porque
Seguir amandote es inevitable
Siempre supe que es mejor
Cuando hay que hablar de dos
Empezar por uno mismo.
Una de las primeras canciones que me gustaron, la cual estaba sonando cuando entre en mi cumpleaños de 15 y que me hace pensar en tantas cosas.

jueves, 3 de julio de 2008

A veces el impulso sale del fondo, de bien adentro, y por más que la consciencia te quiera frenar, y pensar, mirar un poco más allá de tu propia nariz o justamente darte cuenta de las cosas que no te hacen bien, por más que el mundo te quiera hacer ver las cosas como son vos seguís. Cuando caes, ya no es lo mismo, ya ves las cosas desde otro lado y no es lo mismo deshacer algo que nunca haberlo hecho. Porque en el fondo siempre queda la huella, el recuerdo, el polvo de hada que, creíste, te iba a hacer volar. Pero también hay que tener el suficientemente poco orgullo para admitirse que sí sabías lo que estabas haciendo, pero no te salió como esperabas. Y aceptar la desilusión, las ganas de gritarle a todo y a todos y ese sentimiento de que todo te va a salir mal, que mejor quedarse así como estas. Porque sí, si queres vivir, reírte, correr, volar y subir, vas a tener que bajar un poco y llorar otro tanto. Y llegará la sensación de encierro, de claustrofobia, que por más que convivas con la simple libertad de todos los días siempre te sentís atada a las más antiguas cadenas. Y remedios hay muchos, pero uno tiene que querer curarse. Un amigo que te haga saber que está ahí para y por vos, una tarde de lluvia para pensar o una risa nueva, fresca, recién estrenada. Los fantasmas siempre van a estar cerca, que vos misma en el fondo no vas a querer que se vayan, pero podes mirar a través de ellos y empezar a ser feliz de otra manera.

martes, 1 de julio de 2008


lunes, 30 de junio de 2008

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